La bioimpresión celular 3D es una tecnología de vanguardia para crear tejidos vivos como vasos sanguíneos, huesos, cartílagos o piel. Su avance ha permitido que desde el año 2000 se hayan intensificado las investigaciones sobre su aplicabilidad.
«Gracias a la capacidad de lograr la manipulación espacio-temporal de varias células, la bioimpresión se ha convertido en uno de los sistemas que mejor recrea el microambiente celular de los tejidos, y con ello, el comportamiento celular a escala de laboratorio», apunta la especialista en estudios con modelos celulares de Ainia, la Dra. Lidia Tomás.
La aplicación de la bioimpresión 3D se ha extendido a distintos ámbitos más allá de la medicina regenerativa para la reconstrucción de tejidos. Uno de ellos es el sector farmacéutico, para estudiar elmecanismo de acción de determinadas patologías e identificar nuevos fármacos, por ejemplo los antitumorales o fármacos para mejorar el sistema cardiovascular.
La Dra. Lidia Tomás también apunta al sector dermocosmético, para crear piel y estudiar el efecto de determinados compuestos o fórmulas.«Las aplicaciones de bioimpresión son muy beneficiosas para las empresas de cosméticos, especialmente en Europa, donde las pruebas en animales para cosméticos se prohibieron en 2013. La principal ventaja que ofrece esta tecnología es probar productos éticamente (es decir, no en animales) en diferentes tipos de piel, para obtener resultados más precisos. En este sentido, el grupo L’Oréal desde 2016 estableció una colaboración con la spin-off Poietis para el desarrollo de un modelo 3D del folículo piloso».
Estructuras celulares tridimensionales
La bioimpresión celular 3D se basa en la tecnología de fabricación aditiva de la impresión 3D, generando estructuras celulares tridimensionales mediante la adición capa a capa de un material sin la necesidad de molde.
El material que se adiciona capa a capa es la denominada «biotinta», un material que se carga en los inyectores de la bioimpresora y que permite mimetizar la arquitectura del tejido celular de interés. Para la experta de Ainia, los principales componentes son: las células vivas representativas del tejido a imprimir, bien de un tipo celular o varios; los biomateriales para la generación de la estructuras o andamiajes (los denominados scaffolds), entre otros colágeno, gelatina ó hidrogeles a base de ácido hialurónico o polietilenglicol, componentes para el mantenimiento célula, así como otros compuestos o moléculas que permitan la solidificación o con capacidad de reticular (crosslinkers).
Dado que es complicado que un único material reúna todas las propiedades para la obtener las características necesarias, «una de las tendencias es hacer uso de biotintas multicomponentes, de modo que los materiales suelen ser combinaciones de varios materiales para lograr las propiedades mecánicas deseadas así como facilitar la capacidad de impresión», apunta Lidia Tomás.