Para conseguir tanto la garantía de una protección adecuada como la facilidad para que el producto se pueda consumir en cualquier lugar, equipos formados por químicos, nutricionistas, chefs, informáticos e ingenieros se unen para diseñar no solamente envases seguros, prácticos y que faciliten el cocinado, sino que, además, sean reciclados, reciclables o, incluso, compostables o reutilizables.
Además, para los consumidores, es fundamental que el packaging sea respetuoso con el medioambiente, lo que supone todo un reto para la industria alimentaria y, especialmente, para los fabricantes de platos preparados, que trabajan para adecuarse rápidamente a estas dos nuevas exigencias.
Es así como tendencias que van desde el ecodiseño – práctica que busca reducir el impacto ambiental de los productos a lo largo de su ciclo de vida, desde su diseño hasta su eliminación- hasta la eliminación del plástico superfluo o su sustitución por otros materiales como el vidrio o el cartón, o incluso el uso de envases que emplean plástico recuperado de los mares y océanos, triunfan cada vez más entre fabricantes y consumidores.
“Muchas de las compañías del sector van por delante de la legislación en su compromiso con el medioambiente y, en especial, la adecuada gestión del plástico. De hecho, la gran mayoría ya ha adoptado medidas como el rediseño, la reducción de peso del envase o el empleo de plástico reciclado para tratar de minimizar la presencia de este material en sus formatos, demostrando su firme compromiso con el cuidado del medioambiente”, explica Álvaro Aguilar, secretario general de la Asociación Española de Fabricantes de Platos Preparados (ASEFAPRE).