El sector del packaging muestra una tendencia ascendente, con un futuro marcado por la sostenibilidad. El uso de materiales reciclados y/o reciclables, su disponibilidad, las certificaciones que los avalan, la trazabilidad de los productos, su ciclo de vida, el aumento de la capacidad y la adaptación de las empresas recicladoras, la transparencia y la comunicación con el consumidor son algunos de los temas que se trataron en una mesa redonda celebrada el jueves en Barcelona, organizada por News Packaging en colaboración con Hispack.
Moderada por la directora de la revista, Maica García, contó con la participación de: Oriol Aran, Head of Product Engineering de Quadpack; Jesús Beneyto, Deputy General Manager de Faca; Enric Bellot, Technical Manager de Molpack; Miquel López, Sales Director de Winter & Company; Montserrat Marimón, Chief Operations Officer de Martiderm; Lucía Jiménez, Responsable de Sostenibilidad y Normalización de Stanpa; Joaquim Cons, Product Stewardship Eco-Design Manager de Puig; Luisa Mestre, CEO de Beter, y Xavier Pascual, director de Hispack.
El encuentro empezó con la intervención de Xavier Pascual, que afirmó que Hispack crece, acogiendo «el máximo número de empresas del sector con la máxima representatividad para que el visitante pueda encontrar la máxima oferta». La sostenibilidad vuelve a ser la temática central, con un programa de actividades amplio, con contenidos muy interesantes, siempre poniendo en valor al visitante, es decir, la empresa usuaria. También se ha potenciado la internacionalidad.
Una vez superado los problemas de suministros de 2022, la tendencia del sector del packaging es ascendente. «Nosotros, que estamos enfocados en el packaging de alta calidad, premium, de lujo, podemos decir que es un mercado en aumento constante, que va más allá exponencialmente», afirma Miquel López.
«Tenemos dos años de crecimiento excepcional», coincide Joaquim Cons. Se ha tensionado toda nuestra cadena de valor, e incluso los fabricantes de materia prima nos están ofreciendo respuestas y es un síntoma muy bueno de la estabilidad que tenemos a nivel de empresas».
Para Molpack, también hay crecimiento del sector del packaging, pero no es estable, hay “picos”. Enric Bellot señala que a veces «es muy complicado el cambio de dinámicas», es decir, influenciar o cambiar la percepción del cliente, en función del packaging, de la imagen de marca, para ofrecer algo que pueda ser más sostenible. «Hay materiales nuevos, pero también limitaciones, sobre todo en primario, cuando realmente hay que poner una granza nueva que nadie conoce, un material reciclado, porque estás supeditado a las interacciones de la fórmula, sobre todo en cosmética. Intentas ofrecer alternativas, pero es más complicado también que las acepten», añade Bellot.
Jesús Beneyto, de Faca, fabricantes del sector del packaging para cosmética, coincide con Enric Bellot en que hay tendencias del mercado y del consumidor con las que a veces la legislación a veces no va del todo alineada. «En los últimos dos años, han surgido materiales nuevos que hemos conseguido plasmar ya en productos nuevos, pero necesitamos más claridad, porque, en este momento, de tantas tendencias diferentes, la apuesta no siempre es clara. Al final, adoptas una estrategia, pero falta un poco más de visibilidad de dónde acabaremos para saber si los recursos que estás poniendo, y los productos que estás desarrollando, serán una apuesta de futuro o no, porque hemos visto tendencias que cambian en poco tiempo».
Estos cambios del mercado exigen inversión y esfuerzo por parte de proveedores y fabricantes. Beter apostó por el blíster inviolable e invirtió en maquinaria porque así se lo exigía el cliente, pero, posteriormente, conscientes del impacto medioambiental que suponía, lo cambió por FSC, máquinas que ahora están infrautilizando porque han pasado a otro sistema. «Es un cambio muy importante, pero pienso que era necesario y de hecho nosotros nos hemos avanzado a que fuera incluso de realización obligatoria, nos parece que tenemos que ser muy conscientes de esta necesidad. Es una transformación total», dice Luisa Mestre.
¿Y encuentran los fabricantes lo que necesitan por parte del proveedor?
Montserrat Marimón, de Martiderm, distingue entre packaging primario y secundario: «en packaging secundario, nos estamos encontrando con mucha más agilidad para implementar tipos de papel reciclado e incluso tintas que ya no tienen determinadas materias más contaminantes, incluso a un nivel de precios que podemos asumir dentro de nuestra producción». El coste es uno de los problemas, porque, en general, «todos los materiales que elegimos acostumbran a tener un precio más alto cuando son más sostenibles y eso afecta el margen».
En el caso del packaging primario, «nos está costando mucho más encontrar esta oferta, quizá porque hay esta dificultad de ver exactamente hacia dónde vamos. También porque tenemos un hándicap: las áreas de marketing comercial quieren mantener el aspecto premium del producto. La misma transparencia, el mismo brillo, quiero todas estas características, pero además que sea sostenible. Y después, nos encontramos con la necesidad de asegurar la estabilidad del producto dentro de ese material».
Todo ello crea una complejidad que a veces la propia empresa, especialmente en el caso de las PYMEs, no puede asumir el coste o le supone un gran esfuerzo, ya que implica hacer pruebas de estabilidad en todos sus productos. «Necesitamos también la ayuda de los proveedores para poderlo asumir e ir de la mano en avanzar en todos estos temas», concluye Montserrat Marimón.
Desde el punto de vista de Quadpack, ya hace tiempo que están trabajando con PET reciclado y tiene características diferentes, por lo que «debe haber una aceptación por todo el mercado también de esta diferencia», dice Oriol Aran. Además, «cualquier material reciclado y biológico es más caro. Pero al final aquí se debe aceptar cuáles son las reglas del juego». También coincide en que hay un crecimiento del sector del packaging, que, «cuando lo juntamos con las necesidades de nuevos materiales, en las fábricas tenemos que buscar la eficiencia, y aprovechamos nuestras gamas de productos para ir avanzando en todo este aspecto (de búsqueda de sostenibilidad) para que el impacto en coste sea menor».
Para Lucía Jiménez, «la tendencia a la sostenibilidad ha arrasado, pero hay muchas velocidades». «Es verdad que es un sector en crecimiento, pero creo que siempre lo ha sido». Y resalta que España es una potencia en perfumería y cosmética. Lucía Jiménez habló de los diferentes tipos de empresas y opinó que no se acaba de dar respuesta a todas, sobre todo en packaging primario, que, al final, «es lo que interacciona con la fórmula», en especial para fórmulas complejas y productos de mass marketing. Además, dado que el sector beauty es exportador, hay que tener en cuenta que se debe cumplir con las legislaciones de todos los países. «Creo que se tienen que ajustar las tendencias de mercado a la regulación. Conocer lo que es y apoyar lo que se quiere hacer. Saber qué es lo que hay que hacer y luego lo que cada tendencia de marca quiere hacer. Pero es necesario un conocimiento más robusto sobre el tema del packaging».
Las marcas quieren estabilidad. Joaquim Cons señala la contradicción entre armonizar y simplicar y la diferenciación inherente a las firmas. «La marca quiere que se la conozca como marca, como un referente global», esto se convierte en un reto aún mayor teniendo en cuenta los condicionantes actuales. «Tenemos que preservar la capacidad competitiva», añade.
Cambios legislativos
Hay diferentes cambios en el marco regulatorio que afectan al sector del packaging: los efectos de la aprobación de la ley de residuos y suelos contaminantes (Ley 7/2022) y su anexo sobre el impuesto a envases plásticos de un solo uso, así como la ley sobre envases y residuos de envases (RD 1055/2022). También entra en vigor la directiva de informes sobre sostenibilidad corporativa (ESG Reporting), 2022/2464, que establecerá nuevas dinámicas de transparencia en la cadena de suministro.
Lucía Jiménez, de Stanpa, destaca el impacto de las nuevas leyes, sobre todo en formas, materiales reciclados y en temas de reciclaje. «Creo que, como sector, tenemos que trabajar conjuntamente para conocer toda la trazabilidad, nos van a imponer conocer nuestra huella de carbono en cuanto al impacto de los materiales o de los ingredientes a la hora de formular».
Oriol Aran, de Quadpack, introduce el tema de la certificación de estos materiales reciclados en el sector del packaging. «La trazabilidad de todo este material es un punto clave en todo el esquema de reciclabilidad que se busca dentro de la regulación», señalando que es un punto complicado, al igual que los recicladores. Puso como ejemplo la fábrica de madera de Quadpack; dentro de la regulación, hay una cuota que se debe asumir en cuanto a la reciclabilidad de la madera y «estamos ansiosos por ver cómo se implementa», ya que es un material sostenible procedente de bosques sostenibles pero hay muchas dudas respecto a la implementación de su reciclaje y los recicladores. Aran destaca que no solo se trata de la disponibilidad de material que pueda haber en el mercado, del coste del material en sí, sino también del trabajo de los recicladores, lo que impacta, posiblemente, en toda la cadena.
Disponibilidad de materiales
Respecto a la falta o no de material reciclado, Jesús Beneyto, de Faca, afirma que ya disponen de varias versiones de plásticos reciclados en porcentajes bastante elevados, en versiones tanto PCR, que es post-consumer, como en PIR, que es post-industrial. «Uno de los aspectos que la normativa, desde nuestro punto de vista, está favoreciendo es la reciclabilidad, el futuro del envase, no únicamente, o no tanto, la historia del envase, hasta el punto en que los plásticos reciclados que ofrecemos a nuestros clientes, a las marcas cosméticas europeas, a veces tienen aceptación, pero, otras, el criterio que se impone es el hecho de que sea un plástico que sea reciclable, aunque, tal vez, sea en la versión virgen».
Es decir, no es lo mismo reciclado que reciclable. Si hablamos de plástico reciclable, el PET es la estrella, porque, debido a la industria de las bebidas, ya hay una cadena, sobre todo en Occidente, de recuperación del PET y es un material que une transparencia y máxima reciclabilidad.
Enric Bellot, de Molpack, también comenta el tema del reciclaje en el sector del packaging, que además no es igual en todos los países, lo que unido a las tendencias y las limitaciones con las que se encuentran los proveedores, dificulta el proceso: «materiales, hay, pero si buscamos materiales realmente cualificados, certificados, globales, tenemos pocos y está limitado».
«Necesitamos alternativas. Este es el tema que introducimos las marcas, que no vemos un portfolio de materiales adaptado a lo que tenemos», añade Joaquim Cons, de Puig.
En efecto, hay materiales que actualmente no tienen una alternativa ni un sistema de reciclaje y quizás, si hubiese una presión a nivel legislativo, las grandes entidades recicladoras investigarían cómo reciclarlo. Además, si la gran escala no entra dentro del circuito de reciclabilidad, condiciona a sectores más minoritarios. En este punto, Lucía Jiménez explica que el reglamento sí que hace presión y mención especial a que los recicladores tienen que reciclar ciertas tipologías de envase, pero hay casos más complicados, como la categoría de color, «ya no solo hablamos de materiales, también de tamaños o de múltiples capas. Es cierto que la tendencia es hacia una materia transversal, por lo tanto a volúmenes no tenemos nada que ver con la alimentación, pero el sistema de reciclaje tiene que dar respuesta a lo que hay en el mercado, que también son productos con un tamaño menor, como un vial, por ejemplo».
«Hay materiales que tendrán que irse eliminando gradualmente. Pero otros que se mantendrán, porque son seguros. Otra cosa es que el reciclador responda, pero también vosotros como proveedores de packaging debéis dar respuesta a los envasadores en cuanto a esa compatibilidad», añade Lucía Jiménez. «Nosotros trabajamos con los recicladores porque tienen que atender unas demandas reales y el vertedero ya no es una opción», continúa, insistiendo que las PYMEs no pueden hacer continuamente ensayos.
A este respecto, Monserrat Marimón, de Martiderm, dice que «cada vez hay más fabricantes del sector del packaging primario que, al menos en nuestro caso, nos están ayudando, se están ofreciendo a hacer unas pruebas preliminares y es algo que se aprecia mucho». Los proveedores aportan un asesoramiento técnico esencial para las empresas.
¿Realmente el mercado o los proveedores de materia prima reciclada están a la altura para poder asumir una demanda alta o no hay suficiente disponibilidad de material reciclado? «Estamos viendo que no, porque las regulaciones están alargando esas fechas y esto nos da tiempo», afirma Joaquim Cons. Mientras tanto, se están estudiando alternativas como el reciclado químico, un servicio que probablemente ofrecerán las grandes petroleras, y los proveedores están asumiendo un sobrecoste que les resta capacidad competitiva.
Miquel López, de Winter & Company, señala la gran burocracia que existe y las diferentes regulaciones que deben asumir en el sector del packaging, tanto en Europa como en Estados Unidos o China. «Tenemos que adaptar nuestros materiales para que sean válidos en todo el mundo, lo que es una complejidad tremenda» y supone un coste elevado, que no tiene asociado el material virgen. Según Miquel López, hay suficiente materia prima, pero no todos los materiales que hay se pueden fabricar 100 % reciclados, «hay unas limitaciones de productividad y de reciclaje».
Jesús Beneyto, de Faca, incidió en el ecodiseño en el sector del packaging, una de cuyas líneas de trabajo «es diseñar para que sea fácil recuperar; yo creo que tendría que ser el foco de atención, si ya diseñas para que el envase sea desmontable y cada elemento sea monomaterial, luego pon la presión en las cadenas de reciclaje para que esos elementos se puedan reciclar, porque técnicamente es posible. Si el mercado nos está llevando a una limitación de materiales, lo vamos a pagar todos, ya que técnica y ‘marketinianamente’ tenemos otras necesidades».
En este punto, Joaquim Cons introduce el tema del conocimiento del consumidor, que no tiene el nivel técnico suficiente como para entender por qué un producto es más sostenible. Varios de los participantes en la mesa redonda explicaron que el refill está teniendo una respuesta baja por parte del usuario, por lo que es evidente que falta información. «Somos los responsables de aplicar estas iniciativas porque si no empezamos a abrir camino, no lo va a abrir nadie», dice.
Volviendo con el tema de las certificaciones, existe la obligatoriedad de tener un certificado por un ente externo y a veces el proveedor ofrece un autocertificado que no tiene validez, es difícil conseguirlo. «Somos una industria que tenemos un peso específico relativo y cuando vamos a las grandes empresas del sector, tanto del papel como del plástico, pues nos hacen un caso relativo, pero es una obligación, no pueden vender un producto si no hay una certificación muy seria, es uno de los retos que tenemos», añade Cons. De hecho, en el debate se mencionó que el ente certificador ahora está bastante bloqueado porque hay pocas empresas que certifiquen y si todos deben acudir a las mismas, se produce una situación de bloqueo.
Lucía Jiménez quiso insistir en el tema de la trazabilidad de ingredientes y de packaging, en toda la cadena de valor, en la necesidad de transparencia. Habló del hecho que muchas PYMEs desconocen técnicamente los materiales que les venden, así como los valores de reciclabilidad a nivel técnico. Y tener en cuenta que de lo que está dispuesto a hacer el consumidor a lo que hace hay una diferencia, aún más grande en España.
Un momento positivo, pero complejo
Miquel López concluye que, para Winter & Company, la sostenibilidad es «un compromiso muy firme de nuestra empresa y, en general, estamos haciendo mejores productos».
Para Joaquim Cons, de Puig, «tenemos que liderar la parte que nos toca a cada empresa o a cada uno de los actores en la cadena de valor», medir toda la vida del producto y explicar las acciones que se implementan tanto a nivel interno como al consumidor. «La regulación nos obligará a hacer ciertas cosas pero, como siempre, también nos da oportunidades y las empresas que intentemos trabajar mejor tendremos un valor añadido». Finalmente, también expresó su convencimiento de equilibrar y compensar para que los costes no sean más elevados.
También Enric Bellot, de Molpack, incide en que hay que educar al consumidor, pero que quizás es más fácil desde las marcas líderes, de prestigio o premium, ya que, si comienzan a introducir cambios de concepto, se puede entender mejor y facilitar esos cambios.
«Para mí la conciencia ambiental ha de ser global. Desde mi punto de vista, me ha parecido que la situación es compleja y que realmente no está adaptada a la evolución y a un gap en la conciencia que tiene el consumidor hoy en día. Pienso que la autoexigencia en las empresas ha de ser superior a la legislación y que no solo es con el packaging, sino también con el producto, con la conciencia a nivel de recursos humanos, del personal, la logística…», afirma Luisa Mestre, de Beter.
«Hace un tiempo, el diseño estaba enfocado a la estética. Hoy en día es la sostenibilidad y la funcionalidad. La buena noticia es que tenemos soluciones. No para todo, pero para muchas cosas. Soluciones desarrolladas en los últimos años y que puedan captar las necesidades y los problemas sino de todas, de parte de estas demandas. El mensaje, desde nuestro punto de vista es positivo, viendo lo que hemos hecho en los últimos años», concluye Jesús Beneyto, de Faca.
Montserrat Marimón, de Martiderm, coincide en que hace unos años la sostenibilidad no era prioritaria a la hora de crear un producto, pero ahora sí que está sobre la mesa desde el inicio del proyecto. «Tenemos suficientes empresas que nos pueden ayudar muchísimo y sobre todo las grandes, que son punteras. En conjunto, es positivo y hay caldo de cultivo para avanzar muchísimo».
«No vemos la situación de una manera negativa, sino que es compleja y el punto más importante es que cada eslabón de la cadena se ha de adaptar», añade, respecto al sector del packaging, Oriol Aran, de Quadpack.
Finalmente, Lucía Jiménez, de Stanpa, destaca que «es positivo seguir trabajando cada uno en su área, sobre todo, tener un rigor técnico que pueda ayudar como sector a nuestras empresas». Poder seguir hablando, colaborando y trabajando conjuntamente por un packaging más sostenible que responda a las necesidades de todos.